miércoles, 21 de octubre de 2020

Lo viejo y el futuro

 



La huerta del Liceo 20 de Punta Gorda (Montevideo), nuestra huerta, está cumpliendo cuatro años desde que se inició el proyecto, y tres años desde que fue modelada agroecológicamente por dos talleristas de huerta del Programa de huertas en centros educativos de la Facultad de Agronomía.

Podríamos decir que alcanzó la "mayoría de edad" porque soportó un verano muy seco y, luego, un abandono de cuidado humano durante la suspensión de clases por la pandemia de COVID-19 que, lejos de intimidarla y retraerla, le permitió expresar con desparpajo su lado más salvaje. 

Tomate, calabaza, morrón, acelga, rúcula, mostazas, lechugas, romero, lavanda, malvarrosa, incienso, piretro, lima dulce, níspero, pitanga, milenrama, mimosa, aguaymanto, orégano, tomillo, albahaca perenne, mentol, malvón, malva, zanahoria, ajo elefante, diente de león, ojo de poeta, coriopsis, hinojo, maíz, trigo, stevia, salvia, cardamomo, rabanito, kale, col gallega, haba, berenjena, ruda, girasol, arazá, caléndula (44 nombres) es una lista rápida e incompleta de plantas, ente cultivadas y espontáneas, algunas que quedaron en el pasado pero pueden volver, otras que se han asentado y otras que llegaron hace poco y se están integrando bien. 

Pero la huerta no es solo plantas, y mucho menos, solo hortalizas. Este proyecto es una auténtica construcción de un ecosistema. El liceo tiene un espacio bajo techo bien iluminado en su hall, tiene salones, laboratorios, etcétera. Y tiene un ecosistema.

O, en otras palabras, un aula abierta para el contacto con la naturaleza. 

Parte indisoluble de este proyecto de huerta es el aprendizaje de una metodología de investigación: el ciclo de indagación de la Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE).

Al comenzar este 2020 tan particular, pedimos a la comunidad educativa del liceo apoyo para traer una donación de compost del sector de la Intendencia de Montevideo que lo produce. El apoyo de familias  fue inmediato, y se concretó en la lluviosa mañana del sábado 26 de setiembre. Nada mejor que imitar a las hormigas llevando dos metros cúbicos de compost por un camino de 20 metros en una mañana lluviosa. Muy reconfortante.

Lo viejo y el futuro. Hace 8 décadas la Escuela Experimental de Malvín ofrecía aprendizaje en huerta y en investigación dentro de la educación activa del Plan Estable.

Lo viejo y el futuro. Una carretilla casi desahuciada fue donada al liceo y se lució como en sus mejores tiempos en el acarreo de compost antes mencionado.      

Lo viejo y el futuro: un parpadeo.






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