jueves, 20 de octubre de 2016

¿Y una huerta en el patio?

No una sino varias veces nos hemos hecho esta pregunta en los últimos 10 años, pero tomarlo en serio: hacía falta una energía y una decisión que no teníamos o estábamos dispuestos a tener.
A fines de febrero de este año, 2016, una profesora nueva en el liceo hizo esta pregunta. Lo mencionó como algo sencillo y totalmente posible. Nos dejó pensando: ¿será esta la oportunidad?
Cuatro meses después, la profesora llamó a un "onegeista pro huertas"; dio una vuelta por el patio y su veredicto fue: "No es suelo, es relleno. No se puede plantar ahí. Habrá que pensar otra alternativa: cajones, estantes contra una pared". Complicado.
Un mes y medio después lo llamé y me abrió el panorama: hacer canteros con tablas de madera que se usan en construcción y rellenarlos con compost. Hay que pedir una donación de compost a la Intendencia.
Y empezar a sembrar en almácigos, dándoles las mejores condiciones a las semillas.
Siete meses después, el 3 de octubre plantamos las primeras semillas...